39 años
RESISTIENDO, Síndrome del Aceite Tóxico de
colza.
El
próximo viernes 1 de
mayo se cumplen 39 años de la
muerte de la primera víctima del Síndrome del
Aceite Toxico, SAT, el niño de ocho
años Jaime Vaquero.
Treinta
y nueve
años después hemos de lamentar que
nuestro Aniversario coincida con
esta terrible crisis sanitaria mundial del COVID 19, en la
que muchas vidas
humanas están siendo arrebatadas terrible
e inesperadamente dejando con ello el dolor, la desesperanza y la
impotencia que supone sufrir un suceso de estas terribles consecuencias, anteriormente ya sufrido por
nosotros.
Lamentamos profundamente que 39 años
después parezca que se ha aprendido
poco de nuestra terrible experiencia:
·
Muertes inesperadas
·
Impotencia para quienes
enferman por su curación.
·
Incomunicación y soledad en
la enfermedad y la muerte.
·
Incertidumbre sobre el
ahora y el futuro.
·
Caos hospitalarios.
·
Trabajo incansable de
profesionales.
·
Científicos que no se ponen
de acuerdo.
Queremos hacer partícipe a la sociedad de nuestra
situación, una crisis sanitaria española iniciada en
1981 en condiciones similares a
este COVID 19 con la diferencia que nosotros
fuimos envenenados.
39
años después seguimos padeciendo
graves secuelas, enfermedades graves
y raras, hipertensión pulmonar, fibromialgias, esclerodermias, fatiga precoz
y crónica, estrés postraumático cronificado, alteraciones en la
piel y un largo etc. , acompañado de la
necesidad de seguir
defendiendo nuestra atención médica especializada, investigación y recursos sociales acordes a las
situaciones de nuestras victimas como enfermos crónicos.
Nuestra crisis no ha terminado y no
terminará hasta que se cumplan los compromisos asumidos
por el Parlamento Español y las necesidades que tenemos las víctimas,
prioritariamente atención medica, investigación y conocimiento de la
afectación en nuestra descendencia.
Que
ese
día sea de recuerdo y
homenaje de dignidad para
nuestras victimas, nuestras familias, los
profesionales que nos
cuidaron , como lo
están haciendo ahora, sin ningún “aplauso” para
recordar, aun seguimos sin día de
luto por nuestras 5.000 víctimas,
aun seguimos enfermas casi 20.000 en todo el Estado.
Que quienes
están sufriendo la perdida de
seres queridos, el dolor de la enfermedad
y el agotamiento por un trabajo
vocacional nunca sean olvidados, que siempre sean
cuidados y que ninguna
víctima sea abandonada jamás, porque ese es
el mayor delito.
Cuidado
y cumplimiento de compromisos con todas las
víctimas, siempre.
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