miércoles, 1 de mayo de 2024

43 Aniversario (1981-2023) de nuestro envenamiento

Texto de la nota de Prensa enviada a los medios

43 años de una tragedia sin resolver 

Hoy, en el 43º aniversario del trágico envenenamiento masivo por aceite de colza desnaturalizado en 1981, las víctimas de esta catástrofe siguen enterradas vivas en la indiferencia y el abandono. Desde entonces, al menos 12.000 personas en España continúan sufriendo las consecuencias devastadoras de aquel suceso, enfrentándose cada año a nuevas dificultades y obstáculos que entierran nuestro futuro y nuestra salud maltrecha. A lo largo de estas décadas, hemos sido testigos de cómo nuestras vidas se han visto limitadas y destruidas por una serie de problemas médicos y sociales que han sido ignorados y olvidados por las autoridades. 
A diferencia de otras víctimas de tragedias y catástrofes, nuestro colectivo ha sido marcado por el abandono y la falta de reconocimiento social, dejándonos en una situación de vulnerabilidad extrema.  Nuestra enfermedad, el Síndrome del Aceite Tóxico (S.A.T.), ha evolucionado de manera alarmante, afectando tanto nuestra salud física como psicológica. Las secuelas son cada vez más graves e incapacitantes, incluyendo hipertensión pulmonar, afectaciones neuromusculares, plurineopatías, fatiga muscular extrema, entre otras. A pesar de nuestras constantes demandas y reclamos, las administraciones responsables apenas han ofrecido palabras vacías y promesas incumplidas. La falta de investigación, atención integral y reconocimiento social ha dejado a las víctimas del S.A.T. en una situación de desamparo y desesperanza.

Por ello, exigimos lo siguiente: 
1. Creación de una unidad especializada en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, con los recursos y especialistas necesarios para brindar atención médica, psicológica y social a las víctimas del S.A.T. 
2. Implementación de planes de investigación sobre la patología y sus repercusiones en las generaciones futuras, así como una adecuada coordinación a nivel estatal. 
3. Inclusión del S.A.T. en los baremos de discapacidad, incapacidad laboral y dependencia, con una formación adecuada para los profesionales de la salud. 
4. Reconocimiento institucional y social que palie los años de abandono y estigmatización sufridos por las víctimas del S.A.T. 5. Información transparente y acceso ágil a todos los recursos disponibles para las víctimas, incluyendo el derecho al olvido en los seguros de vida. 
Seguiremos luchando por nuestras demandas, porque nacen del principio básico de justicia y solidaridad social. 

 A pesar de todo, y pese a quien le pese, SEGUIMOS VIVIENDO exigiendo el reconocimiento y la atención que merecemos.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Resistir es vencer, hay que derribar los muros y que salga a la luz nuestras necesidades y la responsabilidad y solidaridad del Estado

Anónimo dijo...

Después de cuarenta y tres años de lucha y de pérdida de gente, nos queda seguir luchando, por unos derechos y una calidad de vida digna. Ya que no todos los afectados tienen los derechos y la calidad digna que deberían de tener.

Anónimo dijo...

Escuché una vez que lo que no se nombra no existe. Nosotros, víctimas de una negligencia estatal, EXISTIMOS y seguimos poniendo voz por los que ya no están, seguimos en lucha y nombrando bien fuerte lo que nos sucedió. GRACIAS Seguimos Viviendo!!!! 💜

Anónimo dijo...

Tenemos q continuar luchando!! Hay muchos afectados!!, las patologías siguen adelante haciendo de nuestras vidas un calvario. Vamos cumpliendo años y todo lo q el gobierno nos prometió no se está cumpliendo hay q exigir responsabilidades!!SEGUIMOS VIVIENDO!!

Anónimo dijo...

Si hablamos de justicia social, es inevitable pensar en lo injusto que fue lo que ocurrió, tanta muerte y tanto dolor. Y más injusto el reproche después de que parece que fue culpa de las víctimas, por comprar barato (qué horror), y más reproche por una supuesta indemnización monetaria que vergüenza debería dar (a tantos nos tocó no recibir absolutamente nada porque se descontaron gastos médicos, y los que lo recibieron, fue por estar tan tan enfermos, que a ver quién cambia mil euros por sus órganos). Es hora de reparar y hacer justicia

Anónimo dijo...

Seguimos viviendo, o mejor resistiendo, pero hay que seguir intentando que nuestra enfermedad se estudie en las facultades, que no seamos únicamente unos números para estadísticas. Tenemos derecho a una sanidad acorde a nuestras necesidades, una justicia social y un reconocimiento de las necesidades económicas que nos surgen día a día. Por eso luchamos y por eso seguimos viviendo

Anónimo dijo...

La unidad del síndrome tóxico que teníamos en Zamora ya desapareció, ahora nos derivan a Valladolid. Se nota que seguimos avanzando pero hacia atrás.

Anónimo dijo...

No ha habido ni un solo día de estos 43 años en que nos hayamos podido olvidar del envenenamiento. Las secuelas no nos lo permiten. Nos hemos hecho fuertes a base de padecer. Estamos hartos de tener que explicar lo que nos hicieron, se nos ha olvidado. Cuando lo comentas te encuentras que te dicen: "Sí algo me suena" "¿Qué fue eso?" "Ni idea". Las nuevas generaciones desconocen totalmente nuestro problema, y cuando digo nuevas generaciones me refiero sobre todo a los jóvenes médicos, farmacéuticos, fisioterapeutas, entre otros... ¿Cómo van a poner remedio a nuestros males? ¿Cómo van a comprender nuestras dificultades si nadie les ha hablado de ello? Somos un colectivo a extinguir, pero ¡OJO! ¡ Seguimos viviendo!